La casa Farga, un referente en el sector de la pastelería selecta, abrió un nuevo establecimiento en el aeropuerto de Barcelona que requería una nueva línea de productos.

Propusimos una actualización del packaging uniendo Farga con el escenario que le ha visto crecer: Barcelona. Este co-branding refuerza la calidad y alimenta el nombre propio de ambas marcas de forma complementaria.

La inclusión de la rúbrica 'Farga' al grafismo, personaliza la marca y la dota de tradición y artesanía, y, al mismo tiempo, el uso de elementos de Gaudí une estos valores con iconos universalmente reconocidos de la ciudad.

Los materiales empleados, hojalata y cartón, consolidan estos atributos atemporales vinculados a la calidad, la funcionalidad, la herencia, la nobleza y el detalle.

Una colección de artículos que inicialmente sólo se tenía que vender en el aeropuerto como reclamo dirigido a los turistas y visitantes, se convirtió en un artículo de valor solicitado por todo tipo de públicos. Como respuesta a la demanda del producto, se amplió su distribución a todas las tiendas de Farga Barcelona.